Un enfoque profesional y práctico
En el post de hoy, ahondamos en el artículo de la semana pasada en el que se hablaba de la inmunoterapia específica (ITE), desde el punto de vista de la evidencia científica, la mejoría clínica, el desarrollo del asma, tipos, etc.,
En el ámbito de la inmunoterapia, la eficacia y la seguridad son esenciales para el éxito del tratamiento. La administración de Inmunoterapia Específica (ITE) y Sublingual (SLIT) requiere un enfoque meticuloso respaldado por información detallada, procedimientos precisos y adaptaciones prácticas cuando sea necesario. En este contexto, la prescripción práctica se convierte en un componente crucial para garantizar el bienestar del paciente y la eficacia del tratamiento.
Prescripción práctica: un compromiso con la información integral
El primer paso hacia una administración efectiva de la inmunoterapia es proporcionar al paciente información detallada. Desde la indicación y expectativas hasta los posibles efectos adversos locales y sistémicos, cada detalle debe ser comunicado claramente. Se destaca la importancia de utilizar un consentimiento informado por escrito específico para la ITE cuando sea necesario.
Es esencial proporcionar una receta completa que incluya el nombre comercial y composición, junto con una hoja de laboratorio detallada. La información sobre el procedimiento, dosis, intervalos, duración estimada, gestión de renovaciones y modificaciones de la pauta también debe estar incluida. Además, se debe facilitar información de contacto para cualquier consulta adicional.
Advertir sobre las recomendaciones y contraindicaciones de las dosis de vacuna previstas es fundamental para garantizar la seguridad del paciente. Por último, se hace hincapié en la importancia de conservar adecuadamente la vacuna y mantener el tratamiento basal junto con medidas para evitar el alérgeno.
Procedimiento de administración SCIT: rigor y precisión
En el caso de la ITE, el proceso de administración sigue un «checklist» exhaustivo que el personal de enfermería revisa antes de la aplicación. Este checklist aborda factores de riesgo de reacciones sistémicas y verifica la correspondencia de la vacuna con el paciente, vial, dosis e intervalo previos.
El procedimiento implica un lavado de manos meticuloso y el uso de guantes. La preparación incluye agitar el vial correctamente sin generar espuma. La inyección se realiza en el tercio medio posterior del brazo, con una observación cuidadosa y presión en el punto de inyección. Posteriormente, se requiere que el paciente permanezca en observación durante 30 minutos y evite ciertas actividades físicas y exposición al agua caliente.
Procedimiento de administración SLIT: precisión en la sublingualidad
En el caso de la SLIT, el procedimiento comienza con un lavado de manos y la preparación adecuada del dispositivo. Las pulsaciones pautadas se administran debajo de la lengua, y se requiere que el paciente las mantenga durante 2 minutos antes de tragar o escupir. Se destaca la importancia de respetar el horario de administración y evitar la ingesta en los 5-15 minutos siguientes.
Modificaciones prácticas de la pauta: adaptabilidad en la terapia
La adaptabilidad es esencial en la inmunoterapia, y las modificaciones prácticas de la pauta pueden ser necesarias en ciertos casos.
Algunas recomendaciones generales incluyen:
- Para reacciones locales SCIT de > 2,5 cm, considerar antihistamínico previo.
- Reacciones locales SLIT persistentes (> 5 días): antihistamínico si orofaríngea y no deglutir, valorar IBP o reducir dosis si gastrointestinal.
- Reacciones sistémicas no graves SCIT: bajar a dosis previa tolerada (en inicio).
- Reacciones sistémicas SLIT: reiniciar.
En casos de retraso en la administración, se establecen pautas específicas tanto para SCIT como para SLIT, asegurando una gestión adecuada y eficiente del tratamiento.
La prescripción práctica, respaldada por procedimientos precisos y adaptabilidad en la pauta, se erige como el pilar de una inmunoterapia exitosa. Al centrarse en la información integral, la rigurosidad en la administración y la adaptabilidad según las necesidades del paciente, se promueve una práctica clínica que prioriza la eficacia y la seguridad en el tratamiento de las alergias.