El manejo del paciente pediátrico con una intoxicación es complejo. A continuación presentamos un esquema de manejo sencillo y sistemático que ayuda a actuar de forma precoz y ordenada en una situación tan complicada.

Esquema de actuación para el manejo de intoxicaciones en pediatría

  1. ¿Cómo está el paciente? Manejo por prioridades (TEP y ABC):
  • Triángulo de evaluación pediátrica (TEP): evaluar rápidamente al paciente considerando la vía aérea, la respiración y la circulación e iniciando un manejo por prioridades con oxígeno, canalización de vía y líquidos o determinación de glucemia basal y tratamiento si procede.
  • Manejo ABCDE:
    • A: Abrir la vía aérea y eliminar cualquier obstrucción.
    • B: Administrar oxígeno al 100% y valorar salbutamol
    • C: Colocar una vía intravenosa (dos vías si es necesario) y monitorizar las arritmias.
    • D: Evaluar la hipoglucemia y considerar la administración de glucosa intravenosa si es necesario, valorar el uso de naloxona en caso de inconsciencia y administrar benzodiacepinas si hay convulsiones.
    • E: Evaluar la temperatura corporal (hipotermia o hipertermia) y posibles lesiones externas.
  1. Anamnesis: obtener información sobre la ingesta y el tóxico:
  • Nombre comercial y cantidad ingerida.
  • Determinar si fue una ingesta voluntaria.
  • Conocer el tiempo transcurrido desde la exposición.
  • Evaluar si el estómago estaba lleno o en ayunas.
  • Investigar si hubo vómitos espontáneos o inducidos.
  • Analizar los síndromes tóxicos si el tóxico es desconocido (síntomas específicos relacionados con el tóxico ingerido):
    • Hipotensión arterial (hTA): la presión arterial baja puede ser un signo de intoxicación.
    • Bradipnea (BN): una disminución en la frecuencia respiratoria también puede estar relacionada con la exposición a sustancias tóxicas.
    • Bradicardia (BC): un ritmo cardíaco más lento de lo normal puede ser indicativo de intoxicación.
    • Hipotermia (hTª): la temperatura corporal baja puede estar asociada con la ingestión de tóxicos.
    • Hipertensión (HTA) y taquicardia (TQ) (arritmias): En algunos casos, la intoxicación puede provocar un aumento en la presión arterial o en la frecuencia cardíaca.
    • Hipertermia: la fiebre elevada también puede ser un síntoma de intoxicación.
    • Síntomas gastrointestinales (GI): náuseas, vómitos, diarrea u otros problemas digestivos pueden estar presentes.

 

  1. Descontaminación externa: lavar bien cara, ojos, boca y manos y cambiar la ropa si es necesario.
  2. Descontaminación “interna”:

Carbón activado:

    • Administrar precozmente (dentro de los primeros 60 minutos) para adsorber sustancias tóxicas en el tracto gastrointestinal.
    • No combinar con leche (puede ser administrado con chocolate, zumo o cola).
    • Considerar sustancias NO adsorbidas: hierro, ácidos, álcalis, litio…

Lavado Gástrico:

    • Realizar en casos específicos para evacuar el contenido gástrico como ingestas recientes potencialmente mortales o sustancias no adsorbidas por carbón activado.
    • Recupera menos tóxico que el carbón activado.
  1. Adyuvantes: en algunos casos podemos considerar omeprazol, analgésicos, antibióticos…

Para la población general, MI decálogo de recomendaciones serían las siguientes:

  1. Mantener los tóxicos alejados de los niños: en armarios altos y en envase original.
  2. En caso de intoxicación: lavar bien boca, ojos, manos y cambiar la ropa si necesario.
  3. Traer siempre el envase completo (caja de pastillas o bote) del tóxico a los servicios de urgencia.
  4. Aportar cualquier otro producto tóxico (o segundo fármaco) que pudiera estar al alcance en los intentos de suicidio.
  5. Consultar de forma precoz en todos los casos.
  6. Conocer el listado de algunas sustancias no tóxicas.
  7. Por el contrario, “las pastillas del yayo” pueden ser muy tóxicas.
  8. NO dar leche ni aceite de entrada.
  9. NO provocar el vómito.
  10. El lavado gástrico está en desuso, no considerarlo una primera opción de forma habitual.